Fauna bursátil
Si has tenido la suerte de viajar a Nueva York, habrás visto que en Wall Street hay una estatua de un toro a punto de embestir. Esta no es la única Bolsa de Valores con estatuas de animales en la puerta. Por ejemplo, si un día pasas por delante de la Bolsa de Fráncfort, te encontrarás también con las estatuas de un toro y un oso. Esto no es casualidad; ambas figuras son simbólicas.
En este sentido, el toro y el oso son las “mascotas” de la bolsa, los dos animales que simbolizan el mercado. El toro, por su parte, simboliza la tendencia alcista: una fuerza compradora que hace que los precios suban. Por el contrario, el oso representa un mercado bajista, temeroso del futuro y que por ello vende sus títulos.
Por esta razón, a la hora de hablar sobre tendencias alcistas y bajistas, comúnmente se emplean dos palabras derivadas de los nombres de estos animales: bullish y bearish. Un mercado bullish (de “toro”) va hacia arriba con optimismo y confianza, mientras que un mercado bearish (de “oso”) va a la baja.
¿Por qué el toro y el oso?
Nadie conoce el origen exacto de la relación de estos animales con el mundo bursátil. Sin embargo, son muchas las teorías curiosas que existen:
- La más extendida sostiene que su origen lo encontramos en la forma de atacar de ambos animales: mientras que el toro embiste hacia arriba, el oso usa sus garras hacia abajo.
- Otra teoría cree que el toro representa las alzas por su carácter bravo, por embestir ante todo lo que ve, mientras que el oso, que se esconde y calcula antes de atacar, simboliza los descensos por tener una mentalidad conservadora.
- Por otro lado, hay quien sostiene que el oso representa un mercado bajista porque antiguamente, los cazadores de osos, dada la gran demanda existente, vendían la piel del oso antes de cazarlo con la esperanza de que en el futuro el precio fuera a la baja.
- También, hay quien sostiene que se trata de la postura que tienen estos animales cuando están a cuatro patas: mientras que el cuello de los toros tiene un ángulo hacia arriba, el cuello de los osos se inclina hacia abajo.
- Por último, otra teoría nos lleva directamente al siglo XVIII, cuando el director de la compañía holandesa de las Indias Occidentales construyó un muro al sur de la isla en la que se sitúa hoy Manhattan. El objetivo de este muro era proteger a las personas de los osos, mientras que al mismo tiempo retenía a los toros para que así no abandonasen la ciudad. Con el paso de los años, el muro cayó y en su lugar encontramos hoy Wall Street, donde los osos y los toros siguen siendo protagonistas.
¿Qué es una tendencia?
Hasta ahora, hemos empleado y emplearemos las expresiones “mercado alcista o bajista” y “tendencia alcista o bajista” indistintamente como sinónimos. Por ello, es fundamental conocer el concepto de tendencia y qué importancia tiene en el mundo bursátil.
Una de las premisas básicas del análisis bursátil, concretamente del análisis técnico, es que los precios se mueven por tendencias. El concepto de tendencia es absolutamente esencial para el enfoque técnico. Por ello, a no ser que aceptemos esta premisa de que los mercados tienen tendencias, no hace falta seguir leyendo.
En un sentido general, la tendencia es simplemente la dirección del mercado, en qué dirección se está moviendo. Los mercados no se mueven en línea recta en ninguna dirección. Los movimientos del mercado se caracterizan por una serie de zigzags que van marcando picos y valles siendo la dirección de esos picos y valles lo que constituye la tendencia del mercado. Cuando esos picos y valles se mueven hacia arriba, hacia abajo o hacia el lado, nos están indicando la tendencia del mercado.
Direcciones de la tendencia
La mayoría de las personas tiende a pensar que los mercados siempre están moviéndose hacia arriba o hacia abajo, pero la realidad de la cuestión es que se mueven en tres direcciones: de forma ascendente, descendente y lateral.
Es importante tener presente esta distinción porque una tercera parte del tiempo, los precios se mueven de forma horizontal, lo que se conoce como tendencia lateral (banda de fluctuación). Aún así, aunque se trate de una tenencia lateral, es más frecuente decir que el mercado no tiene ninguna tendencia.
Calificaciones de la tendencia
La mayoría de los analistas bursátiles coinciden en que gran parte de lo que hoy llamamos análisis técnico tiene su origen en las teorías propuestas por primera vez por Charles Dow. En este sentido, la Teoría de Dow todavía es la piedra angular del estudio del análisis técnico, incluso ante la sofisticada tecnología informática actual y la proliferación de indicadores técnicos supuestamente mejores.
Volviendo al concepto de tendencia, Dow definía una tendencia ascendente o bullish como una situación en la que cada sucesiva recuperación cierra más alto que el nivel alto (pico) de la recuperación anterior, y que cada sucesivo nivel bajo (valle) de la recuperación también cierra más alto que el nivel bajo de la recuperación anterior. En otras palabras, una tendencia ascendente sigue un patrón de picos y valles cada vez más altos y, la situación opuesta, picos y valles cada vez más bajos, define una tendencia descendente.
A su vez, Dow consideraba que una tendencia tenía tres partes: primaria, secundaria y menor. Él las comparaba con la marea, las olas y las ondas del mar de forma que la tendencia primaria representa la marea, la secundaria o intermedia representa las olas que forman la marea y las tendencias menores se comportan como las pequeñas ondas de las olas.
En este sentido, una persona puede determinar la dirección de la marea fijándose solamente en el punto más alto de la playa que alcanzan las olas: si cada ola sucesiva llega a un punto más alto de la playa que la ola anterior, la marea está subiendo, y cuando el punto más alto de cada ola sucesiva retrocede, la marea está bajando. Ahora bien, a diferencia de las mareas reales que duran unas horas, Dow concibe las “mareas” del mercado (tendencias primarias) como aquellas con una duración superior a un año, y posiblemente varios años.
Por otro lado, Dow concebía las tendencias secundarias y menores como aquellas que representan correcciones de la tendencia anterior: la tendencia secundaria o intermedia representa correcciones en la tendencia primaria y suele durar de tres semanas a tres meses. Y la tendencia menor (o de duración corta) que suele durar menos de tres semanas representa correcciones de la tendencia intermedia.
Por ello, ante una tendencia primaria ascendente siempre vamos a encontrar una tendencia secundaria descendente (corrección de la primaria) y una tendencia menor nuevamente ascendente (corrección de la secundaria).
De igual forma, sucede lo contrario en una tendencia primaria descendente donde nos vamos a encontrar una tendencia secundaria ascendente (corrección de la primaria) y una tendencia menor nuevamente descendente (corrección de la secundaria).
¿Qué es un mercado alcista o bullish?
Tras todo lo expuesto, conocemos ya que un mercado alcista o de “toro” es un mercado financiero donde los precios están subiendo, es decir, los picos y valles son sucesivamente más altos. El optimismo general y la confianza de los inversores caracterizan un mercado alcista.
Como curiosidad, en la historia se han vivido tendencias alcistas bastante notables. Por ejemplo, en el período de octubre de 1990 a marzo de 2000, el mercado registró un retorno del 417%. Asimismo, el mercado ascendente más largo de la historia duró 134 meses y llegó a su fin en marzo de 2020. El resultado fue un rendimiento del 348% para el S&P 500.
¿Qué es un mercado bajista o bearish?
Un mercado bajista o de “oso” es un mercado en declive donde los picos y valles cada vez son más bajos. Esta condición del mercado se caracteriza por la caída de los precios y una perspectiva generalmente pesimista: los inversores comienzan a vender y salen de sus posiciones.
Asimismo, aunque no existe una regla unificada, según la teoría, para que el mercado se declare bajista, el precio debería caer un 20% o más desde sus máximos más recientes. En este sentido, no podemos confundir las caídas rápidas de precios con los mercados bajistas.
Por otro lado, conviene saber que el inicio de un mercado bajista guarda relación con la psicología del inversor, ya que los operadores que creen que algo negativo sucederá, venden sus activos antes de que tal hecho ocurra evitando así mayores pérdidas.
Por ello, un mercado bajista puede convertirse en una profecía autocumplida, donde un gran número de operadores pesimistas pueden comenzar una tendencia a la baja temerosos de que el precio de tal activo baje y que, en efecto, ante tal presión vendedora y contagio (que otros entren en pánico y también salgan de sus posiciones), baje el precio de verdad.
Entre los mercados bajistas más devastadores podemos encontrar la Gran Depresión (que duró 34 meses y los mercados cayeron un 86%), la burbuja de las punto com (que duró 30 meses y los mercados cayeron un 49%) y la crisis financiera de 2008 (que duró 17 meses con pérdidas de un 56%). Entre estos, la Gran Depresión es la más dolorosa, ya que supuso una caída del 15% del PIB mundial.
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